Montevideo, 4 de marzo de 2025 – Más allá de las fórmulas y los códigos, la ingeniería es la disciplina de quienes encuentran en los problemas un desafío y en las soluciones, un arte. En el Día Mundial del Ingeniero, la pregunta parece obligatoria: ¿qué mueve a estos profesionales a dedicar su vida a la construcción de sistemas que transforman la realidad?
La respuesta no está solo en los números. Para Vidal Santiago Martinez y Facundo Matoff, Tech Directors en el Engineering Studio de Globant, la ingeniería es, antes que nada, una pasión que nace en la infancia y se consolida en el ejercicio diario de resolver desafíos.
A los nueve años, Vidal Santiago Martinez, Tech Director en Globant, descubrió que la tecnología tenía su propio lenguaje cuando intentó escribir un mensaje en la Spectrum 48K que su padre había llevado a casa. Al ver un «Error» en pantalla, su padre le explicó: «Es que hay que saber cómo preguntarle». Ese momento despertó su curiosidad por la programación y marcó el inicio de su camino en la ingeniería.
Facundo Matoff Tech Director en Globant, por su parte, descubrió su vocación a través del dibujo y la experimentación. “Siempre me gustó construir cosas. De niño, intenté fabricar un equipo de buceo con materiales caseros para usarlo en la piscina del barrio. No funcionó, claro, pero me enseñó a pensar como ingeniero. Luego, en la secundaria, conocí mi primer lenguaje de programación y supe que ahí estaba mi camino”.
La formación académica es solo el punto de partida. La ingeniería exige un aprendizaje continuo, en el que la práctica es tan importante como la teoría. Para Santiago Martinez, la clave está en programar regularmente y analizar el código de otros desarrolladores para mantenerse vigente en una disciplina que evoluciona sin descanso. Matoff agrega que la paciencia es fundamental: conseguir el primer empleo puede ser un reto, pero la experiencia se construye resolviendo problemas y aprendiendo de los errores.
Aunque los ingenieros son profesionales altamente solicitados, su permanencia en una empresa no depende únicamente del salario. Factores como el tipo de proyectos en los que participan y el entorno de aprendizaje resultan determinantes a la hora de elegir dónde desarrollar su carrera. El desafío intelectual es una de las principales motivaciones en esta profesión. La posibilidad de enfrentarse a problemas complejos, idear soluciones innovadoras y formar parte de iniciativas de gran impacto es lo que impulsa a muchos a comprometerse a largo plazo con una compañía.
Esa misma inquietud por el conocimiento lleva a muchos ingenieros a explorar áreas fuera de su especialidad. Más allá de la programación o la lógica matemática, su curiosidad los acerca a disciplinas como la física, la historia o la filosofía, en la búsqueda de nuevas perspectivas que, en muchos casos, terminan inspirando soluciones creativas e inesperadas dentro de su campo.
Quizá el mayor mito sobre la ingeniería sea que se trata de una disciplina rígida y matemática. Pero quienes la ejercen saben que, en esencia, es creatividad aplicada. Desarmar un problema complejo, reducirlo a pequeñas partes y encontrar la solución es como armar un rompecabezas: cuando todo encaja, la satisfacción es incomparable.
Desde la Revolución Industrial hasta la inteligencia artificial, la ingeniería ha sido la columna vertebral de los avances tecnológicos que han dado forma a nuestra sociedad. Cada puente, cada algoritmo, cada solución innovadora es testimonio del ingenio de quienes, con lógica y creatividad, transforman desafíos en oportunidades. En un contexto donde la tecnología y la sostenibilidad definen el rumbo del desarrollo, actores como Globant exploran la intersección entre innovación e impacto social, impulsando soluciones que no solo responden a las necesidades del presente, sino que también buscan construir un futuro más sostenible y humano.
Como parte de este compromiso con el desarrollo del talento en ingeniería, Globant impulsa iniciativas como Code Your Future, un programa que ofrece capacitación y becas en tecnología para personas de contextos vulnerables, promoviendo así una industria más inclusiva y accesible.
En este Día del Ingeniero, más que celebrar una profesión, se reconoce una forma de ver el mundo: la de aquellos que encuentran en cada obstáculo una oportunidad para innovar.