En los últimos años, el cuidado de la piel ha cobrado relevancia, destacando el papel crucial de la genética en la prevención de problemas como el envejecimiento, manchas y acné. Conocer su ADN es fundamental, especialmente en verano, debido a la exposición al sol y otros factores que pueden impactar la salud cutánea.
Según datos difundidos por Ministerio de Salud Pública (MSP), en Uruguay se diagnostican más de 3.200 casos de cáncer de piel por año, siendo el tipo de neoplasia maligna más común en el país. Además, con una mortalidad de 145 personas al año a causa de esta enfermedad, Uruguay ocupa el primer lugar en la región en casos de cáncer de piel por melanoma.
De la misma forma, en los últimos años se ha registrado un aumento en la tasa de incidencia y mortalidad de este cáncer. En ese sentido, la importancia de proteger la dermis resulta imprescindible, sobre todo en verano, cuando los protectores solares son esenciales en las rutinas diarias, ya que aportan protección al rostro y el cuerpo minimizando los daños de los rayos UVA y UVB. ¿Pero qué rol pueden jugar los genes en la protección?
El aspecto y salud de nuestra piel puede estar determinada por nuestros genes y conocer esa información es de gran ayuda al momento de elegir los productos y tratamientos más recomendados para su cuidado. La producción de melanina, por ejemplo, está determinada por la genética e influye en la sensibilidad a los rayos ultravioletas y el riesgo de hiperpigmentación. Los genotipos que producen menos melanina son más propensos a las quemaduras solares.
De la misma forma, las arrugas pueden ser una característica heredada. Cuando una persona hereda ciertas mutaciones genéticas de sus ascendientes, tiene más probabilidad de desarrollarlas. Lo mismo sucede con el acné, ya que existe un gen relacionado con la inflamación de la piel. Algunas personas reciben de sus ancestros variaciones en este gen que conducen a un mayor riesgo de desarrollar el problema.
¿Sólo la genética influye en el cuidado de la piel?
Aunque el envejecimiento, el acné y las manchas, entre otras condiciones, pueden estar influenciadas por la genética, es importante resaltar que existen otros factores que también son capaces de incidir en estos aspectos, como el clima, la alimentación y el uso de medicamentos. Si bien el ADN puede condicionar la predisposición a las arrugas faciales, la exposición prolongada al sol y a los contaminantes intensifica su aparición, mientras que el cuidado continuo de la piel, mediante el uso de protectores solares y productos cosméticos, puede enlentecer el proceso de envejecimiento.
Ricardo Di Lazzaro, médico y fundador de Genera, comentó que “comprender el ADN brinda las herramientas necesarias para cuidar la piel de manera más eficaz, permitiendo tener control sobre el envejecimiento, el acné, las manchas y otras afecciones, con cuidados específicos para cada persona”.
En este contexto, Genera ofrece el Test de Ancestralidad, Salud y Bienestar, que arroja información de ADN específica de cada persona. La prueba de Bienestar cuenta entre otras cosas con el informe Genera Skin, que entrega información concreta sobre la dermis y sugerencias de cuidados. Sumado a esto, el test también cuenta con paneles relacionados a otros ítems de la salud, indicando tendencias a diversas enfermedades, cómo reacciona el organismo a diferentes medicamentos y ejercicios óptimos según el genotipo del consultante.